El pasado 15 de agosto, algunos miembros de la Asociación Cultural Café Esotérico nos reunimos en el Centro Artemisa. El tema era Asertividad, extraído del libro Cuando digo No, me siento culpable, de Manuel J. Smith. El ponente era Pedro Miguel y el encuentro siguió estos pasos:
- Pedro Miguel contó su experiencia personal: hace 5 años le diagnosticaron depresión. Se había sentido -y se siente- raro, incomprendido y solo. Asumida la enfermedad, participó en el curso inicial del Teléfono de la Esperanza, que es muy completo y da las bases de varias terapias si bien no profundiza en exceso en las mismas. En ese trabajo de búsqueda conoció el libro Cuando digo No, me siento culpable, de Manuel J. Smith, psicólogo impulsor de la terapia asertiva sistemática, y se sorprendió al darse cuenta de lo encadenado a manipulaciones externas e internas, propias y ajenas, a las que había estado sometido durante toda su vida. Descubrió parte de lo que nos iba a contar a continuación.
- Nuestro ponente definió asertividad como hablar claro con las personas que guardamos relación, aquello que hecemos para salirnos con la nuestra, pero sobre todo, hablo de ella como lo opuesto a la manipulación.
- En el libro, continua referencia, hay 3 partes:
- De las creencias no asertivas que adquirimos a causa de nuestros sentimientos de ansiedad, ignorancia y culpabilidad, y de cómo esas creencias permiten a otras personas manejarnos a su antojo.
- De los derechos que tenemos como seres humanos a poner término de manera positiva a la manipulación de nuestro comportamiento por otros.
- De las técnicas verbales sistemáticas que se aprenden fácilmente en situaciones cotidianas, encaminadas a permitirnos imponer nuestros derechos humanos asertivos.
- El ejemplo excusa del que parte el libro para desarrollar la temática describe una situación en la que un amigo le pide un favor a otro, pero éste último se siente incómodo ya que no lo quiere hacer. Por un lado, si dice "NO", se sentirá culpable pero si dice "SÍ" se dará asco a sí mismo. Todos los oyentes coincidimos en que esas situaciones son bastante cotidianas y en ambas direcciones.
- Debemos ser conscientes de que nadie puede manipular nuestras emociones o nuestro comportamiento si nosotros no lo permitimos. Es fundamental aprender la manera en que la gente trata de manipularno. Al parecer, es fundamental poner en tela de juicio muchas actitudes e ideas infantiles en las que fuimos educados y que nos hacen susceptibles a la manipulación por los demás.
- Pedro Miguel mencionó los derechos asertivos y dijo que éstos constituyen una estructura básica para la sana participación de cada individuo en toda relación humana. Citó el Derecho Asertivo I del que deriva el resto: "Tenemos derecho a juzgar nuestro propio comportamiento, nuestros propios pensamientos y nuestras emociones, y a tomar la responsabilidad de su iniciación y de sus consecuencias." Este derecho tan elemental y tan lógico, no lo desarrollamos.
- Distingue el autor del libro tres tipos de relaciones:
- Comerciales o formales, totalmente reguladas por ley. En ellas, normalmente el vendedor trata de manipularnos para "llevarnos al huerto".
- De autoridad: padres-hijos, profesor-alumnos, jefe-subalterno, etc. Sólo en parte están estructuradas de antemano. Por ejemplo, los padres deciden por sus hijos pequeños, pero a medida que éstos crecen ganan en autonomía y los roles cambian. Por otro lado, a un jefe se le trata de una manera en el trabajo pero ¿y fuera de él?
- Relaciones entre iguales: en ellas no hay una estructura inicial impuesta de antemano a las dos personas. Según Smith, no deben ser justas sino eficaces. En este tipo de relaciones, personas inseguras crarán una relación más manipulativa que intentarán imponer al otro, tal y como sucede en muchos matrimonios. Asimismo, alguien inseguro se seinte mejor dentro de una situación muy estructurada, con pocas incógnitas que resolver.
Pueden surgir relaciones mixtas cuando tenemos más de una interacción con una misma persona. De ahí dichos populares según los cuales una cosa es la amistad y otra el negocio.
- Ser nuestros propios jueces: en nuestra evolución personal aprendemos a establecer de manera independiente nuestros propios métodos para juzgar nuestro comportamiento. Estos juicios independientes son un sistema flexible de "me gusta o no me gusta" y no un sistema de "debo o no debo" o de "debes o no debes hacer tal y tal cosa". Para muchos de nosotros, la perspectiva de tener que juzgarnos a nosotros mismos puede ser terrorífica, ¿pero qué otra opción tenemos? ¿Vamos a ser manipulados y a manipular para siempre?
- El tema da para mucho. Cotidianamente viviemos situaciones en las que manipulamos (o lo intentamos) o bien nos manipulan (o lo intentan). Muchas veces esto se hace inconscientemente. Es hora de despertar. Aquí hemos dado unas pinceladas pero seguiremos trabajándolo en las siguientes semanas. Pedro Miguel nos hablará el domingo que viene del segundo capítulo del libro. Creo que haremos un curso para tratarlo más en profundidad, para trabajarlo haciendo simulaciones de situaciones cotidianas y otras técnicas.
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