TAROT
Sólo haremos una pequeña reseña del Tarot, porque es un tema muy amplio, y me limitaré a contar las líneas generales que nos explicó mi maestro, Lorenzo Hernández.
Las cartas del Tarot son 78, y hay 22 Arcanos mayores y 56 menores. Los mayores son arquetipos, y son el mismo número que las letras del alfabeto hebreo. Los Arcanos menores se clasifican en Oros, Copas, Espadas y Bastos, y son un reflejo de los mayores. Los 22 Arcanos mayores abarcan el Universo, son como un mapa que describe todo el terreno. Pueden explicar todo el Mundo.
El punto central es nuestro yo esencial, el ojo testigo, el ojo del diamante, es la pupila del gran ojo de Dios, que está dentro de nosotros. El cuadrado es lo racional, nuestro YO, es nuestro mundo, dentro del mundo en general. Fuera de todo esto está el Mundo, que es el círculo.
El hombre y la mujer tienen su sombra (el trozo rayado), y hay una parte de esa sombra que no ven, es el ánima en el hombre y el animus en la mujer. La mujer tiene que encontrar su parte masculina, que es su animus, y el hombre tiene que encontrar su parte femenina, que es el ánima, para hacer el enlace sagrado.
La sombra es lo reprimido, lo despreciado, lo no elegido. Las personas sufrimos porque rechazamos la sombra y desconocemos el animus y su ánima (la etimología de la palabra "animación" es mover el alma), y el trabajo consiste en hacer consciente lo inconsciente, en sacar a la luz lo que está oculto. La misión de toda una vida consiste en integrar la parte luminosa y la sombra. El Inconsciente es caótico, no tiene orden, sino que se lo ha de poner el hombre, el yo, por eso somos seres cósmicos ("cosmos" es orden en griego). La sombra tiene una cáscara protectora de la individualidad. si se rompe esa cáscara, entramos en contacto con otras fuerzas arquetipales, y entonces surgen la locura y el desequilibrio.
Con el Tarot ponemos en conexión el mundo divino con el humano. En Francia, desde su origen, se llama TARO, no Tarot. Y con esas 4 letras se pueden formar distintas palabras:
Las cartas del Tarot son 78, y hay 22 Arcanos mayores y 56 menores. Los mayores son arquetipos, y son el mismo número que las letras del alfabeto hebreo. Los Arcanos menores se clasifican en Oros, Copas, Espadas y Bastos, y son un reflejo de los mayores. Los 22 Arcanos mayores abarcan el Universo, son como un mapa que describe todo el terreno. Pueden explicar todo el Mundo.
El punto central es nuestro yo esencial, el ojo testigo, el ojo del diamante, es la pupila del gran ojo de Dios, que está dentro de nosotros. El cuadrado es lo racional, nuestro YO, es nuestro mundo, dentro del mundo en general. Fuera de todo esto está el Mundo, que es el círculo.
El hombre y la mujer tienen su sombra (el trozo rayado), y hay una parte de esa sombra que no ven, es el ánima en el hombre y el animus en la mujer. La mujer tiene que encontrar su parte masculina, que es su animus, y el hombre tiene que encontrar su parte femenina, que es el ánima, para hacer el enlace sagrado.
La sombra es lo reprimido, lo despreciado, lo no elegido. Las personas sufrimos porque rechazamos la sombra y desconocemos el animus y su ánima (la etimología de la palabra "animación" es mover el alma), y el trabajo consiste en hacer consciente lo inconsciente, en sacar a la luz lo que está oculto. La misión de toda una vida consiste en integrar la parte luminosa y la sombra. El Inconsciente es caótico, no tiene orden, sino que se lo ha de poner el hombre, el yo, por eso somos seres cósmicos ("cosmos" es orden en griego). La sombra tiene una cáscara protectora de la individualidad. si se rompe esa cáscara, entramos en contacto con otras fuerzas arquetipales, y entonces surgen la locura y el desequilibrio.
Con el Tarot ponemos en conexión el mundo divino con el humano. En Francia, desde su origen, se llama TARO, no Tarot. Y con esas 4 letras se pueden formar distintas palabras:
- TARO, en antiguo egipcio, significa Camino Real.
- TORA, es la Ley para los hebreos.
- ROTA, en latín, significa rueda.
- ORAT, en latín, significa proclama.
- ATOR, diosa egipcia de las consagraciones y la iniciación.
De esta manera, el ocultista Paul Foster Case creó la frase: ROTA TARO ORAT TORA ATOR = La rueda del Tarot anuncia la ley de la iniciación.
El Tarot es dual. Dentro de cada arquetipo, de cada Arcano, hay un polo positivo y otro negativo. Además, hay otras dualidades, como un Arcano sin número, que es "El Loco", y otro sin nombre, que es el 13.
Los Arcanos de la parte consciente (del 1 al 10) son personajes de este mundo, y los de la parte inconsciente (del 11 al 20) representan ideas, son cartas abstractas y simbólicas. Las cartas 1 y 11 son principios de ciclo, y las cartas 10 y 20 son sus respectivos finales. Las cartas 2, 3, 4 y 5 forman el Cuadrado Tierra de la parte consciente, las 6, 7, 8 y 9 forman el Cuadrado Cielo, e intercaladas tendremos las que forman el Cuadrado Humano, 4, 5, 6 y 7. Para la parte inconsciente ocurre lo mismo.
Cada Arcano de la parte consciente tiene su sombra, que es la misma del inconsciente sumándole 10. Hay una relación arquetípica entre ellas, por parejas. Por ejemplo, "La Emperatriz", que es la creatividad y la fertilidad, tiene como sombra "El Arcano nº 13", que es la muerte, la gran transformación. La 6 "Los Enamorados", cuyo nombre original es "El Amor de Dios", lleva como sombra la 16, "La Torre", cuyo nombre original es "La Casa de Dios". Así podremos decir que detrás de la casa de Dios, está el amor de Dios.
Cada número de los Arcanos menores refleja su consciente y su inconsciente en los Arcanos mayores. Cada uno de los menores es una cuarta parte de la totalidad, porque cada palo de la baraja constituye una dimensión del ser (véase cuadro final de la parte de Psicogenealogía o "Justificación teórica de la Psicomagia (IV)).
Sólo me queda añadir que, cuando utilizamos el Tarot, sólo somos la boca de Dios, pero no la voz de Dios, y que, por propia experiencia, el Tarot puede llegar a esclavizarnos porque "es un buen sirviente, pero un mal amo".
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El Tarot es dual. Dentro de cada arquetipo, de cada Arcano, hay un polo positivo y otro negativo. Además, hay otras dualidades, como un Arcano sin número, que es "El Loco", y otro sin nombre, que es el 13.
Los Arcanos de la parte consciente (del 1 al 10) son personajes de este mundo, y los de la parte inconsciente (del 11 al 20) representan ideas, son cartas abstractas y simbólicas. Las cartas 1 y 11 son principios de ciclo, y las cartas 10 y 20 son sus respectivos finales. Las cartas 2, 3, 4 y 5 forman el Cuadrado Tierra de la parte consciente, las 6, 7, 8 y 9 forman el Cuadrado Cielo, e intercaladas tendremos las que forman el Cuadrado Humano, 4, 5, 6 y 7. Para la parte inconsciente ocurre lo mismo.
Cada Arcano de la parte consciente tiene su sombra, que es la misma del inconsciente sumándole 10. Hay una relación arquetípica entre ellas, por parejas. Por ejemplo, "La Emperatriz", que es la creatividad y la fertilidad, tiene como sombra "El Arcano nº 13", que es la muerte, la gran transformación. La 6 "Los Enamorados", cuyo nombre original es "El Amor de Dios", lleva como sombra la 16, "La Torre", cuyo nombre original es "La Casa de Dios". Así podremos decir que detrás de la casa de Dios, está el amor de Dios.
Cada número de los Arcanos menores refleja su consciente y su inconsciente en los Arcanos mayores. Cada uno de los menores es una cuarta parte de la totalidad, porque cada palo de la baraja constituye una dimensión del ser (véase cuadro final de la parte de Psicogenealogía o "Justificación teórica de la Psicomagia (IV)).
Sólo me queda añadir que, cuando utilizamos el Tarot, sólo somos la boca de Dios, pero no la voz de Dios, y que, por propia experiencia, el Tarot puede llegar a esclavizarnos porque "es un buen sirviente, pero un mal amo".
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