MI MES DE "EL ERMITAÑO"

Me subleva tener que lidiar con un Arcano de los que yo considero "pasivos". Soy una chica de acción, y prefiero convivir con los que animan a salir adelante, a tirarse a la piscina, a disfrutar del presente, y a disfrutar. Pero, como siempre, el Tarot da en el clavo, y te guía por el camino que necesitas recorrer.

Cuando trabajas tu inconsciente, piensas que te estás haciendo la vida fácil. Constelas para lidiar con el miedo al compromiso, realizas actos psicomágicos que te llevan a quererte (por fin), y utilizas ensalmos para superar los complejos que arrastras desde la infancia. Pero todo esto, esta vía hacia la madurez, te ha de alejar del "gran público". Eso es lo que me ha querido decir estos días "El Ermitaño".

Transcribo lo que dice Jimena Fernández Pinto en su libro "Curso práctico de Tarot", a propósito del Arcano nº 9: Ahora bien, una vez que se conoce algo más, el iniciado se sentirá irremediablemente un poco más solo. Habrá que esperar a encontrar otros compañeros de viaje a lo largo del camino. "El Ermitaño" sabe que ya no puede decir que todos son sus amigos, ni tan siquiera necesitará que todos lo entiendan. Esperará, porque el tiempo siempre está a su favor, hasta encontrar con quien compartir su luz.

Es complicado encontrar alguien que quiera mejorar y que sepa que hay formas de hacerlo, es complicado encontrar a alguien que pueda comprometerse (doy fe de que no es suficiente con pensar que se quiere), es complicado encontrar a alguien con quien compartir todo lo que has aprendido. Como dijo Miguel de Cervantes: "Confiemos en el tiempo que hace de los amargos momentos, dulces reencuentros". Me lo digo y me lo repito desde la soledad del abandono.

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