CUENTOTERAPIA
Según dice Clarissa Pinkola Estés, en su libro "Mujeres que corren con los lobos", los libros son una medicina. Tienen un poder extraordinario; no exigen que hagamos, seamos o pongamos en práctica algo: basta con que escuchemos. Los cuentos contienen los remedios para reparar o recuperar cualquier pulsión perdida. Los cuentos engendran emociones, tristeza, preguntas, anhelos y comprensiones que hacen aflorar espontáneamente a la superficie el arquetipo. Los cuentos están repletos de instrucciones que nos guían en medio de las complejidades de la vida, nos permiten comprender la necesiidad de recobrar un arquetipo sumergido y los medios para hacerlo.
Para Bruno Bettelheim, en "Psicoanálisis de los cuentos de hadas", los cuentos de hadas suelen plantear, de modo breve y conciso, un problema existencial. Esto permite atacar los problemas en su forma esencial, cuando una trama compleja le haga confundir las cosas. El cuento de hadas simplifica cualquier situación. Los personajes están muy bien definidos y los detalles, excepto los más importantes, quedan suprimidos. Todas las figuras son típicas en vez de ser únicas. Las historias modernas que se escriben para los niños evitan, generalmente, estos problemas existenciales, aunque sean cruciales para todos nosotros. El niño necesita más que nadie que se le den sugerencias, en forma simbólica, de cómo debe tratar con dichas historias y avanzar sin peligro hacia la madurez. Las historias "seguras" no mencionan ni la muerte ni el envejecimiento, límites de nuestra existencia, ni el deseo de la vida eterna. Mientras que, por el contrario, los cuentos de hadas enfrentan debidamente al niño con los conflictos humanos básicos.
Para estos dos autores, los cuentos que realmente son útiles son los cuentos antiguos. Pero es necesario recuperar la versión original, ya que, se sospecha que fueron modificados para no herir susceptibilidades a lo largo de los siglos. Sobre todo se eliminaron símbolos paganos por otros religiosos. Dice la doctora Estés: de esta manera se perdieron muchos relatos didácticos sobre el sexo, el amor, el dinero, el matrimonio, el nacimiento, la muerte y la transformación. Casi todas la viejas colecciones de cuentos de hadas y mitos que hoy en día se conservan se han expurgado de todo lo escatológico, lo sexual, lo perverso, lo precristiano, lo femenino, las diosas, los ritos de iniciación, los remedios para los distintos trastornos psicológicos y las instrucciones para los arrobamientos espirituales. Esta autora hace un esfuerzo, acercándose a otras culturas, para encontrar la esencia de esos cuentos, y mostrarlos cómo verdaderamente se concibieron.
Dentro de los cuentos como terapia, hay que hacer especial mención al "Viaje del héroe", relatado en cientos de mitos, leyendas y cuentos. Según Hajo Banzhaf en "El Tarot y el viaje del héroe", este viaje es una situación arquetípica, un conjunto de acciones entretejidas a partir de imágenes primigenias. Por ello, y a pesar de sus muchas variaciones, tanto el viaje como las imágenes nos resultan tan extrañamente familiares. Nos hablan siempre de una búsqueda, de la aventura de ir en pos de un tesoro escondido, muy difícil de encontrar, y de sus diversos componentes. No importa cuántas veces esa historia haya sido contada, ni las muchas colecciones de cuentos de hadas y mitos con los que se la pueda relacionar, sólo nos ha sido entregada una vez completa y en imágenes, y es a través de los Arcanos mayores. No nos estamos refiriendo solamente a la ilustración de los hechos arquetípicos, sino a las conexiones individuales entre las distintas etapas, que se desprenden de la estructura de las cartas. Su significado, en relación con nuestro viaje, nos resulta entonces comprensible al más profundo nivel.
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Para Bruno Bettelheim, en "Psicoanálisis de los cuentos de hadas", los cuentos de hadas suelen plantear, de modo breve y conciso, un problema existencial. Esto permite atacar los problemas en su forma esencial, cuando una trama compleja le haga confundir las cosas. El cuento de hadas simplifica cualquier situación. Los personajes están muy bien definidos y los detalles, excepto los más importantes, quedan suprimidos. Todas las figuras son típicas en vez de ser únicas. Las historias modernas que se escriben para los niños evitan, generalmente, estos problemas existenciales, aunque sean cruciales para todos nosotros. El niño necesita más que nadie que se le den sugerencias, en forma simbólica, de cómo debe tratar con dichas historias y avanzar sin peligro hacia la madurez. Las historias "seguras" no mencionan ni la muerte ni el envejecimiento, límites de nuestra existencia, ni el deseo de la vida eterna. Mientras que, por el contrario, los cuentos de hadas enfrentan debidamente al niño con los conflictos humanos básicos.
Para estos dos autores, los cuentos que realmente son útiles son los cuentos antiguos. Pero es necesario recuperar la versión original, ya que, se sospecha que fueron modificados para no herir susceptibilidades a lo largo de los siglos. Sobre todo se eliminaron símbolos paganos por otros religiosos. Dice la doctora Estés: de esta manera se perdieron muchos relatos didácticos sobre el sexo, el amor, el dinero, el matrimonio, el nacimiento, la muerte y la transformación. Casi todas la viejas colecciones de cuentos de hadas y mitos que hoy en día se conservan se han expurgado de todo lo escatológico, lo sexual, lo perverso, lo precristiano, lo femenino, las diosas, los ritos de iniciación, los remedios para los distintos trastornos psicológicos y las instrucciones para los arrobamientos espirituales. Esta autora hace un esfuerzo, acercándose a otras culturas, para encontrar la esencia de esos cuentos, y mostrarlos cómo verdaderamente se concibieron.
Dentro de los cuentos como terapia, hay que hacer especial mención al "Viaje del héroe", relatado en cientos de mitos, leyendas y cuentos. Según Hajo Banzhaf en "El Tarot y el viaje del héroe", este viaje es una situación arquetípica, un conjunto de acciones entretejidas a partir de imágenes primigenias. Por ello, y a pesar de sus muchas variaciones, tanto el viaje como las imágenes nos resultan tan extrañamente familiares. Nos hablan siempre de una búsqueda, de la aventura de ir en pos de un tesoro escondido, muy difícil de encontrar, y de sus diversos componentes. No importa cuántas veces esa historia haya sido contada, ni las muchas colecciones de cuentos de hadas y mitos con los que se la pueda relacionar, sólo nos ha sido entregada una vez completa y en imágenes, y es a través de los Arcanos mayores. No nos estamos refiriendo solamente a la ilustración de los hechos arquetípicos, sino a las conexiones individuales entre las distintas etapas, que se desprenden de la estructura de las cartas. Su significado, en relación con nuestro viaje, nos resulta entonces comprensible al más profundo nivel.
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