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lunes, 7 de diciembre de 2009

ENFERMEDADES Y DINÁMICAS FAMILIARES.

Cuando alguien se identifica con un miembro excluido del sistema familiar se pueden originar determinadas enfermedades, las que no estan ocasionadas por ningún tipo de virus o bacteria, como puede ser el cáncer. Esta situación no es el resultado de ninguna decisión, sino de una fuerza inconsciente. La solución pasa por hacer la identificación con el excluido consciente.
Las enfermedades que tienen que ver con los enredos familiares se basan, según Bert Hellinger, en 3 patrones básicos:
  • Seguir a alguien. Si una familia experimente la muerte imprevista de uno de sus miembros, puede ser que otro quiera inconscientemente marcharse con él, debido sobre todo a que no pueda afrontar el dolor de la pérdida. Esta persona se volverá propensa a los accidentes, o desarrollará una enfermedad. Aquí podemos ver un ejemplo de amor ciego, puesto de la persona que ha fallecido, no querrá que nadie siga sus pasos.
  • Sustitución. Se da cuando una persona quiere cargar el lastre de otra. Sería el caso en el que un familiar quiere seguir a alguien, y otro miembro de esa familia, por lealtad ciega, quiera asumir esa tendencia para salvarle. Los niños tienen esa creencia mágica de que una persona puede aliviar el sufrimiento de otra. En realidad, el resultado es que son dos las personas que sufren. Hacer consciente esta tendencia no es fácil, porque será necesario asumir cierta dosis de culpabilidad, al dejar el dolor a quien verdaderamente corresponde. El dejar de compartir el sufrimiento nos hace sentir solos.
  • Expiación de la culpa. Inconscientemente se desarrollan enfermedades para castigarnos por acciones que hemos cometido nosotros o nuestros familiares. Las enfermedades relacionadas con la esclerosis múltiple, la epilepsia y los ataques de pánico pueden surgir por un familiar que fue un perpetrador, o considerado como tal. Se desarrolla la enfermedad para dar salida al impulso asesino reprimido. En el caso de la esquizofrenia, la persona que desarrolla la enfermedad se identifica simultáneamente con la víctima y el verdugo, ya que ambos han sido excluidos de la familia.
En estos casos, la enfermedad será nuestra aliada, ya que es la voz de alarma que nos permite deshacernos de estas dinámicas familiares.

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