Estaba semiconsciente tumbada en una camilla, oía ruidos y voces tenia mucho frío y me hacía temblar sin control, una voz pedía una manta. El poco calor que reunía mi cuerpo se unió a una fuerza que se concentró en la parte inferior de mi nuca, mi conciencia se apartó del espacio que me rodeaba, dejé de oír voces y ruidos sentía que me iba de mi cuerpo, era consciente, me abandonaba la vida, mi mente gritaba fuerte para impedirlo, luchaba pero en una especie de nebulosa negra me vi atrapada y transportada a una velocidad vertiginosa, seguía luchando por quedarme atrás, con todas mi fuerzas, era como asomarse a un gran precipicio sin fondo,sin límites de espacios hacia los lados, hacia abajo, no tenia miedo, pero sentía desolación,soledad porque sabia que no era el momento de abandonar, aunque me separaba cada vez más de mi yo, olvidando poco a poco mi identidad, la esencia en mis recuerdos, mi especial cariño por las personas y por las cosas que quería, sumado a una dulce sensación, pero mi parte consciente que iba quedando de mi se resistía a seguir hacia adelante. Vi una luz blanca muy resplandeciente al fondo del espacio negro infinito donde me encontraba, me atraía hacia ella como un gran imán mientras la atracción era inevitable, fuerzas oscuras y contrarias a mi pasaban por mi lado, su inercia detenía mi enorme velocidad pero continuaba hacia delante. Grité en medio de la nada. ¡¡Nooooooo!!…. volví repentinamente a mi cuerpo temblando, al sentir de nuevo mi yo, el dolor recorrió terriblemente mi cuerpo, poco a poco sentía mis brazos y piernas, respiraba, mas que nunca. Nadie sabía lo que me estaba pasando, no podía hablar ni pedir ayuda, de repente, unos minutos más tarde, volví al espacio negro y esta vez duro menos, me sentía con el control, empecé a luchar por estar despierta.
Al subir en el ascensor tumbada en una camilla, me dijeron que todo había ido bien. No dije nada, hasta la revisión médica del mes siguiente hablé de ello con el medico que me operó, le conté lo sucedido, se quedó extrañado, le dije claramente que sentí haber muerto y el medico me dijo, que en pocas ocasiones sucedía pero que era un sueño provocado por la anestesia, sabía que se equivocaba, y decidí hacerme las pruebas de alergia a los mórficos, mi sorpresa, que era alérgica a la anestesia que utilizaron conmigo...
Este hecho en sí para mí no fue muy relevante, hasta los días posteriores cuando empecé a recordar las sensaciones que experimenté al no desear morir y la fuerza que me hizo volver a estar aquií pensaba en mi viaje hacia la luz que aun tenía cosas que hacer por los demás, que dejaría de pensar en mi como centro del universo, pues si muero sabía en mi ser interno que en ese momento, el lugar a donde me dirigía no era donde quería ir, dejé de ser vanidosa , presumida, caprichosa y me convertí en un ser más humano con las personas que me rodean... Desde entonces no tengo miedo a la muerte ni a mi final, y le tengo pánico a morir en vida sin seguir viviendo en mí.
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